miércoles, 14 de diciembre de 2016

LA ÚLTIMA NOCHEBUENA


En Tafí del Valle florece la cultura y la tradición en distintos aspectos. Los musiqueros tafinistos aprenden a componer melodías de “oído”, los velorios son momento de unión ante la partida de un ser querido, sobrevive la ceremonia del angelito cuando muere un bebe, las yerras son puntos de encuentro y así se pueden enumerar múltiples ejemplos de su cultura.
El futbol también forma parte de esta cultura arraigada desde hace más de 100 años. Miles de historias y anécdotas se formaron en esta historia centenaria. Las diversas canchas esparcidas en todo el valle fueron testigos de logros, alegrías, hazañas, partidos épicos, derrotas y tristezas.
Entre estas tristezas se puede encontrar lo que se conoce como “el accidente del camión de San Guillermo” o “la tragedia del rio”.
En un almanaque, el 24 de diciembre, para la mayoría de las familias, es una fecha que representa unión familiar en vísperas de Navidad. Sin embargo, en 1967 esta fecha representó el día más triste de la historia del Club Atlético San Guillermo.
El 24 de diciembre de 1967, la crecida del Rio Tafí arrastró un camión que trasladaba jugadores y simpatizantes de esta institución. En el accidente murieron 17 personas.
El contingente se dirigía a Barrio Santa Cruz a disputar un encuentro futbolístico frente a Peñarol. En mitad de camino, el mal estado del camino de barro debido a la lluvia, obligó al chofer del camión a regresar.
Desde el punto de regreso podía verse la crecida del rio. Al ver esto, el conductor aceleró su marcha pero un arroyo que cruzaba el camino detuvo la marcha del vehículo. Luego de diversas maniobras, el rodado logró continuar su recorrido.
Antes de llegar al Rio Tafí, el chofer intuyo que podía pasar el badén antes que avance la creciente. Sin embargo, una mala maniobra o un desperfecto mecánico detuvo el motor del camión y la furia de la creciente arrastró al vehículo y sus ocupantes.
Como seguidor y amante del futbol (pero del futbol tafinisto, del nuestro) me enteré de este caso cuando era niño. Mi papá me contó de un accidente en el Río de la Banda. Sin muchos detalles. Quizás por la cercana lejanía del club que sufrió este accidente. El Club San Guillermo, de Casas Viejas, una zona ubicada al costado occidental del Dique La Angostura. Al tiempo y empezando esta investigación me di cuenta que la historia Siempre quiso contada pero nunca encontró el espacio.
La curiosidad por la historia siguió en mi cabeza en la adolescencia. Empecé a preguntar a mis vecinos. Doña Sandra Astorga me contó un poco más. Ella había perdido un tío en ese accidente.
En una tarde calurosa de sábado, en la casa de esta señora conocí a Juan José Mamani. Al igual que yo, pero con muchos años más, él era un apasionado futbolero del valle. Mientras él tomaba vino con soda yo consumía su saber.
Su curiosidad por las historias hizo que su cabeza almacene numerosos historias, no solo futbolística
La case paterna de Juan José estaba cerca del lugar del accidente. El camión pasó dos veces por el frente de su casa.
Él, luego de enterarse del accidente, fue al lugar de la tragedia. Vio los restos del camión, el accionar del personal del hospital y de la policía.
En sus oídos todavía suenan las sirenas de esa siesta. La siesta más triste de nuestra historia.
Luego de esa charla entendí que esta historia debía ser contada.

Pero no sabía cuál era el camino para conseguir relatos. La incertidumbre de saber si habrá gente que quisiera hablar de estos. Hasta tenía miedo que estas almas me maldijeran por desenterrar su muerte.

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