En Tafí del Valle florece la cultura y la tradición
en distintos aspectos. Los musiqueros tafinistos aprenden a componer melodías
de “oído”, los velorios son momento de unión ante la partida de un ser querido,
sobrevive la ceremonia del angelito cuando muere un bebe, las yerras son puntos
de encuentro y así se pueden enumerar múltiples ejemplos de su cultura.
El futbol también forma parte de esta cultura
arraigada desde hace más de 100 años. Miles de historias y anécdotas se
formaron en esta historia centenaria. Las diversas canchas esparcidas en todo
el valle fueron testigos de logros, alegrías, hazañas, partidos épicos,
derrotas y tristezas.
Entre estas tristezas se puede encontrar lo que se
conoce como “el accidente del camión de San Guillermo” o “la tragedia del rio”.
En un almanaque, el 24 de diciembre, para la mayoría
de las familias, es una fecha que representa unión familiar en vísperas de
Navidad. Sin embargo, en 1967 esta fecha representó el día más triste de la
historia del Club Atlético San Guillermo.
El 24 de diciembre de 1967, la crecida del Rio Tafí
arrastró un camión que trasladaba jugadores y simpatizantes de esta
institución. En el accidente murieron 17 personas.
El contingente se dirigía a Barrio Santa Cruz a
disputar un encuentro futbolístico frente a Peñarol. En mitad de camino, el mal
estado del camino de barro debido a la lluvia, obligó al chofer del camión a
regresar.
Desde el punto de regreso podía verse la crecida del
rio. Al ver esto, el conductor aceleró su marcha pero un arroyo que cruzaba el
camino detuvo la marcha del vehículo. Luego de diversas maniobras, el rodado
logró continuar su recorrido.
Antes de llegar al Rio Tafí, el chofer intuyo que
podía pasar el badén antes que avance la creciente. Sin embargo, una mala
maniobra o un desperfecto mecánico detuvo el motor del camión y la furia de la
creciente arrastró al vehículo y sus ocupantes.
Como seguidor y amante del futbol (pero del futbol
tafinisto, del nuestro) me enteré de este caso cuando era niño. Mi papá me
contó de un accidente en el Río de la Banda. Sin muchos detalles. Quizás por la
cercana lejanía del club que sufrió este accidente. El Club San Guillermo, de
Casas Viejas, una zona ubicada al costado occidental del Dique La Angostura. Al
tiempo y empezando esta investigación me di cuenta que la historia Siempre quiso
contada pero nunca encontró el espacio.
La curiosidad por la historia siguió en mi cabeza en
la adolescencia. Empecé a preguntar a mis vecinos. Doña Sandra Astorga me contó
un poco más. Ella había perdido un tío en ese accidente.
En una tarde calurosa de sábado, en la casa de esta
señora conocí a Juan José Mamani. Al igual que yo, pero con muchos años más, él
era un apasionado futbolero del valle. Mientras él tomaba vino con soda yo
consumía su saber.
Su curiosidad por las historias hizo que su cabeza
almacene numerosos historias, no solo futbolística
La case paterna de Juan José estaba cerca del lugar
del accidente. El camión pasó dos veces por el frente de su casa.
Él, luego de enterarse del accidente, fue al lugar
de la tragedia. Vio los restos del camión, el accionar del personal del
hospital y de la policía.
En sus oídos todavía suenan las sirenas de esa
siesta. La siesta más triste de nuestra historia.
Luego de esa charla entendí que esta historia debía
ser contada.
Pero no sabía cuál era el camino para conseguir
relatos. La incertidumbre de saber si habrá gente que quisiera hablar de estos.
Hasta tenía miedo que estas almas me maldijeran por desenterrar su muerte.
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